Ante la belleza, la salud.
En los últimos años ha habido un notorio incremento en la prestación de servicios de cirugía plástica, estética y reconstructiva a través de establecimientos o locales privados, muchos de los cuales carecen de las condiciones necesarias para garantizar una atención profesional y de acuerdo a las normas establecidas por las autoridades correspondientes que buscan minimizar los riesgos a la salud.

Los principales procedimientos que se ofrecen van dirigidos a cambiar o corregir distintos aspectos del cuerpo buscando apegar al paciente a un estándar de belleza deseado y consisten en:

  • Abdominoplastías (remodelación y reafirmación de abdomen)
  • Blefaroplastias (cirugía de rejuvenecimiento de párpados y resección de piel)
  • Implantes de busto o mamoplastía de aumento
  • Mamoplastía reductiva
  • Mastopexia (elevación o remodelación de busto)
  • Dermolipectomía circular o “body lifting”
  • Peeling
  • Liposcultura
  • Liposucción
  • Inyección de materiales de relleno
  • Reducción acelerada de peso, entre otros.

Estos tratamientos se ofertan por internet, en medios impresos como en periódicos, volantes, mantas en domicilios, revistas de renombre, entre otros; en los cuales, la práctica más común es proporcionar los servicios a bajo costo y sin hospitalización o internamiento del paciente.

Las cirugías y tratamientos practicados en establecimientos con malas condiciones sanitarias y por personas no especializadas que incumplen con la legislación y normatividad sanitaria vigente, pueden provocar un grave riesgo a la salud de la población que acude a ellos y en consecuencia tener un daño irreversible, permanente o fatal.

La COFEPRIS recomienda que previamente a someterse a un tratamiento de cirugía estética se asegure de identificar los siguientes puntos:

  1. Que el establecimiento cuente con la licencia sanitaria (a la vista del público) que lo autorice para llevar a cabo actos quirúrgicos.
  2. Que el médico que realiza los procedimientos tenga especialidad en cirugía plástica.
  3. Que el título profesional del médico cirujano se encuentre a la vista del público.
  4. Que se cuente con un área quirúrgica separada y sin posibilidad de contaminación y acceso restringido.
  5. Que el servicio de cirugía cuente con áreas delimitadas, esto es: un área negra (todo lo que se encuentre fuera del servicios de cirugía, incluyendo pasillo de tránsito y vestidores del personal de salud), un área gris (es por donde el paciente ingresa al servicio de cirugía y se encuentra precio a las salas quirúrgicas, sin acompañamiento de familiares) y un área blanca (donde se encuentre el o los quirófanos).
  6. El quirófano debe cumplir con al menos, los siguientes puntos:
    Paredes y pisos lisos, sin ranuras que puedan acumular polvo o bacterias, no loseta.
    Mesa especial para llevar a cabo cirugías y lámparas empotradas en el techo.
    Equipo especial para dar anestesia a los pacientes, operado por un anestesiólogo titulado y con especialidad en la materia.
  7. Se deberá contar con un área de recuperación post-cirugía.
  8. Los medicamentos deberán presentar registro sanitario, etiquetas en español, no deberán estar caducos ni deberán suministrarse de manera fraccionada.

En base a los puntos anteriores la COFEPRIS y el Sistema Federal Sanitario realizan verificaciones a clínicas, a las cuales de encontrar anomalías exigen la regularización de las mismas o proceden a la suspensión de actividades según la gravedad de los requisitos que incumplen.

Si bien es cierto que la belleza cuesta, no debe valer más que la salud o la vida.

De visitar algún consultorio o clínica en la cual se detecten irregularidades, presente denuncia sanitaria al 01 800 03 35 050 o en http://www.cofepris.gob.mx