De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) un medicamento pirata es aquel que ha sido falsificado y etiquetado indebidamente de manera deliberada y fraudulenta en lo que respecta a su identidad o fabricante.
Generalmente los medicamentos piratas reúnen las siguientes características:
- Carecen de principios activos específicos -son los constituyentes de la fórmula a la que se le atribuye la propiedad medicinal) a pesar que se les menciona en el empaque.
- Contienen ingredientes activos diferentes a los que están indicados en el envase o caja.
- Existe la posibilidad de que tengan los principios activos especificados en el empaque, pero en cantidades diferentes, convirtiéndose en sustancias tóxicas o inútiles.
- Su fabricación suele llevarse a cabo en malas condiciones y sin higiene, por lo que contienen impurezas e incluso pueden estar contaminados.
Por consecuencia estos medicamentos no son equivalentes en calidad, seguridad y eficacia a los genuinos, así que los pacientes continúan mostrando síntomas de su enfermedad e incluso suelen ser tan peligrosos y perjudiciales que causan complicaciones.
La OMS informa que este delito dejó de ser un problema de las naciones en desarrollo o de bajos ingresos y que en la actualidad, no hay país que esté libre de esto, incluso México ocupa el 6to lugar a nivel mundial en la venta de medicamentos falsos, por lo que alrededor de 8 millones de personas son víctimas potenciales de la comercialización de fármacos de procedencia ilícita que ponen en grave riesgo la salud.
¿Qué hacer?
Identificación: La COmisión FEderal para la Protección contra Riesgos Sanitarios -COFEPRIS- indica que los medicamentos legales presentan impresos en el empaque: número de lote, fecha de caducidad, registro sanitario y otros datos, mientras que los fármacos falsos llevan la información en etiquetas autoadheribles, carecen de sello de seguridad y que además la tipografía, colores y tamaño del empaque difieren del producto original y legal.
Punto de venta: Los medicamentos piratas se comercializan en lugares que no tienen control sanitario, como los puestos callejeros, o sitios de internet que ocultan datos como dirección o teléfonos.
Precio: Al no contener en sí la sustancia a la que se atribuye la propiedad curativa o alterar la fórmula original se ofrecen a menor costo pero sin brindar ni la seguridad ni la eficacia de aquellos productos de venta legal.
Consulta: Ningún profesional de la salud recomendaría comprar este tipo de productos falsificados, adulterados o de dudosa procedencia.
Lo aconsejable y realmente seguro es acudir o solicitar la venta de medicamentos en una farmacia que esté debidamente facultada para comercializar este tipo de productos.
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